La mujer en siete obras emblemáticas
de tres grandes artistas venezolanos del siglo XIX y XX

Publicación original en el sitio web de El Nuevo Herald.

Por Dennys Matos.

 

‘ENFANT MALADE (Niño enfermo)’ ,1887, de Michelena, Arturo (1863­-1898), óleo sobre lienzo, 74 3/4 x 79 pulgadas.

Es la primera vez que podemos disfrutar en Miami de una exposición absolutamente histórica por diversas razones. Históricos son los artistas, del mismo modo que históricas son las obras, e histórico es el marco en el que fueron producidas. La muestra “Una Visión, una Colección, una Mujer”, curada por Axel Stein, jefe del Departamento de Arte Latinoamericano de Sotheby’s (2011­-2018), contempla siete obras emblemáticas de tres grandes artistas venezolanos del siglo XIX y XX, pertenecientes a una colección privada de Nueva York. Estos son Arturo Michelena (1863­-1898), Armando Reverón (1889-­1954), y Héctor Poleo (1918­-1989).

Los tres artistas son claves para entender el desarrollo histórico y estético de la pintura en Venezuela.

Michelena es considerado el pintor más importante de siglo XIX y esta misma consideración se le otorga a Reverón para el siglo XX, mientras que a Poleo se le tiene como el mayor representante del muralismo realista venezolano. Por si fuera poco, esta muestra tiene también el atributo de histórica porque las dos obras de Michelena pintadas, una en 1886 y la otra en 1887 no han sido vistas hasta hoy por el público. Entre tanto, las dos pinturas de Reverón es la primera vez que se ven en Estados Unidos. Esta muestra tiene como eje central de su discurso a la mujer que, en todas las pinturas,aparece representada de una u otra forma. En diferentes escenarios y épocas, desde distintas actitudes y patrones socioculturales y dentro de un amplio abanico geográfico e histórico.

Esta verdadera pléyade de artistas y obras contempladas en la muestra son el marco de presentación del libro con el mismo título “Una visión, una Colección, una Mujer” (Editorial, El Cardon, 2021, Miami). Un cuidado libro bilingüe español­inglés con ensayos de importantes críticos e investigadores enfocados en la valoración de las obras presentes en esta exposición, pero relacionándola con la historia social y el contexto artístico de su tiempo. Reúne ensayos de Roldán Esteva Grillet (Héctor Poleo, un clásico moderno), Cecilia Fajardo Hill (La mujer en el arte), Luis Pérez Oramas (El arco de las majas), Jorge Rivas Pérez (Comentarios sobre una serie de pinturas de castas de José de Páez, México, 1785), Polly Sartory (París: Centro del arte en el siglo 19) y Axel Stein (Las dos visitas).

‘LA CUEVA’, 1920, de Armando Reverón (1889­1954), óleo sobre lienzo, 39 3/8 x 60 5/8 pulgadas.
‘LA CUEVA’, 1920, de Armando Reverón (1889­-1954), óleo sobre lienzo, 39 3/8 x 60 5/8 pulgadas.
 

Todos los ensayos brindan una particular visión sobre las pinturas de los artistas expandiendo las lecturas de sus obras hacia otros territorios de la historia del arte y, también de la historia social. De forma tal que inspirándose en estas obras de Michelena (Una visita electoral, 1886 y Niño enfermo, 1887), Riverón (La maja criolla 1939, La cueva, 1920) y Poleo (Desnudo (La Carta), 1943, Maternidad 1943, Viudas de la guerra, 1948), se completa una curiosa geografía de las artes visuales con énfasis en tres de los artistas que más han marcado la historia del arte moderno y contemporáneo en Venezuela. El denominador común de estos estos ensayos es que buscan ­y encuentran relaciones poéticas y discursivas, antecedentes estéticos y for­males estableciendo una rica constelación de significaciones, que desbordan y enriquecen las dimensiones espacio temporales, y el contexto histórico en el que fueron creadas cada una de ellas.

“Una Visión, una Colección, una Mujer” es, además de un recorrido sintético por la poética figurativa, un itinerario por los modos de representación de la figura de la mujer en las artes visuales venezolanas de los dos últimos siglos. Porque los tres artistas se inscriben en el lenguaje figurativo, e independientemente de su particularidades temporales y estilísticas, los tres también inciden en la expresión de la libertad (o déficit de ella) y el rol sociocultural del sujeto femenino, vistas según el contexto histórico en que la percepción masculina las ha captado.

Los cuadros de Michelena, por ejemplo, asumen la cotidianeidad como elemento narrativo que inspira a la imagen realista donde, según Stein, “La mujer es el centro alrededor del cual se anima y se entiende la escena”. Pero aquí el lenguaje de la imagen es también naturalista, en la medida en que se adentra hasta lo forense en los detalles, tanto del mundo material, como el de la vida y los cuerpos, expresión de las caras y los gestos.

‘DESNUDO (LA Carta)’, 1943, de Héctor Poleo (1918­1989), óleo sobre lienzo, 27 5/8 x 23 3/4 pulgadas.
‘DESNUDO (LA Carta)’, 1943, de Héctor Poleo (1918-­1989), óleo sobre lienzo, 27 5/8 x 23 3/4 pulgadas.

En Reverón, en cambio, la figuración de La maja criolla (1939) se trasluce más surreal, los contornos se desdibujan y nos adentra en ambientes de sensualidad como buscando una armonía entre hu­ manidad y naturaleza. Poleo, por ejemplo, en Viudas de la guerra (1948), responde más a un imaginario de la modernidad, sumida en las convulsiones sentimentales y de afectos que producen su contradictorio programa de progreso sociocultural.

De todos los textos es fascinante el de Axel Stein (Las dos visitas), porque en él se narra en lenguaje coloquial los periplos, las pesquisas que tuvo que hacer para averiguar el paradero, hasta ahora desconocido de Una visita electoral (1886) y Niño enfermo (1887). Frente a estas obras y el libro nos encontra­ mos con una historia de película cuando, a modo de thriller policíaco, va descubriendo los pasos, las actuaciones necesarias hasta llegar al paradero de estas dos obras. Por ejemplo, Niño enfermo (1887), que asombrará al espectador en la galería por su impecable oficio pictórico, fue la pintura ganadora del Salón Oficial de Artistas Franceses de ese año. Estuvo perdida hasta 2004, mientras que Una visita electoral (1886), enviada al mismo salón estuvo en paradero desconocido hasta 2005. Stein, en su narrativa tiene de perito y, también, de detective, además de historiador en una investigación audaz para encontrar estos cuadros, exhibidos por primera vez al público en Ascaso Gallery, Miami.

‘LA MAJA criolla’, 1939, de Armando Reverón (1889­1954), óleo sobre arpillera (burlap), 52 3/4 x 69 1/4 pulgadas.
‘LA MAJA criolla’, 1939, de Armando Reverón (1889­-1954), óleo sobre arpillera (burlap), 52 3/4 x 69 1/4 pulgadas.

Una investigación que arranca en los finales del siglo XIX francés, cuando Michelena vende los cuadros. Se sabe que Niño enfermo está en manos del coleccionista Clicot. Ahora bien, desde ese momento las pistas y los hechos se diversifican. Los caminos se expanden atravesando dimensiones espacio temporales globales, donde aflora además del París de finales del siglo XIX y principios del XX, el Nueva York de la década de 1920, con la familia Astor como propietaria de la pieza. Afloran todas una series de circunstancias y personajes que hacen la historia rocambolesca, dueños de circo y comerciantes, con el trasfondo de medidas tomadas por Estados Unidos durante la II Guerra Mundial para proteger su patrimonio artístico cultural ante los posibles bombardeos de la fuerza aérea (Luftwaffe) de la Alemania Nazi. En un final de infarto, las pistas conducen a la localización del cuadro en el Sur de La Florida, en Sarasota. En una cuenta atrás, el cuadro fue vendido en 1927 por $400. Después de ser (re)descubierto, sale a subasta de Sotheby’s Nueva York en noviembre 16, 2004, por valor de entre $150,000 y $200,000. Finalmente fue vendido por $1,352,000.

Dennys Matos es crítico de arte, curador y editor que vive trabaja entre Miami y Madrid.

“Una visión, una Colección, una Mujer”, Ascaso Gallery, Miami. 1325 NE 1st Ave., Miami, FL 33132. Hasta el 19 de junio.

Original post on STIRpad website | Published on : Mar 23, 2022.

Ascaso Gallery’s latest exhibition features exploration of the artists’ ‘inner child’

The exhibition ‘Cute Tunes for Serious Sapiens’ features the works of four artists connected to each other through the themes of Japanese anime and manga.


‘Cute Tunes for Serious Sapiens’, currently on display at the Miami based Ascaso Gallery, features the works of four artists, namely Javier Martin, Masako Miki, Noritoshi Mitsuuchi and Takeru Amano. Themed on the exploration of their ‘inner child’, the exhibits at the gallery transcend the boundaries denominated to design and creation. “The strength of this show is precisely that—the way it taps into childhood memories of unfettered creativity,” says Barbara Pollack, curator of the exhibition.

Noritoshi Mitsuuchi. In the Sky, 2021. Acrylic on canvas. 91 x 72.7 cm | 35.8 x 28.6 in.

Takeru Amano. Dog, 2022. 200 x 150 cm | 78.7 x 59 in.

All the showcases at the gallery are attempts at escaping the confines that are defined by art education and the hierarchies laid down in the history of art. But instead of completely divorcing themselves from the conventional space, the art installations serve as a bridge, or rather, a fusion of popular and niche, eccentric and accessible. The pieces displayed in the exhibition appear to stand in thematic conjunction to each other, owing to the similar references and inspirations that have influenced their creation. All four artists have produced work that is heavily influenced by the anime and mangas birthed in Japan. While drawing from this common theme accredits their work some semblance of similarity, it is their own interpretation and response to the theme that sets apart each piece showcased in the spaces of the American gallery.

Masako Miki. Abumi-guchi Stirrup (Stirrup mouth furry ghost), 2021. Wool on EPS foam, walnut wood. 36 x 42 x 28 in.

Takeru Amano, a Japanese artist, blends pop culture and classicism using Takashi Murakami’s definitive Superflat style to depict women from western art history, while Noritoshi Mitsuuchi’s works resemble children’s drawings. His creations feature a blend of pop and classic, which induces nostalgia. Masako Miki, on the other hand, creates 3-D objects that employ the folklore creatures of Shintoism that ascribe to the acceptance of non-binary and transitory beings in today’s day and age. Multidisciplinary Spanish artist, Javier Martin, also explores similar themes with his ‘Blindness’ portraits that combine paint, printmaking and neon. The flashy aesthetic of his pieces are metaphors of the delusion that infests mass culture.

The exhibition comprises a combination of paintings and 3-D installations

Installation view of the exhibition

Together, the installations of the four artists fill the spaces of the gallery with a potpourri of colours that, at first glance, serve as reminders of kindergarten classrooms and playgrounds. However, on closer inspection, the deeper symbolism and inspirations behind the pieces can clearly be seen. They bring to notice the narcissism that plagues society, while also highlighting how individuality and idiosyncrasy is shrinking from artistic spaces. In doing so, they stand tall with their originality and eccentricity against a contemporary world.

The exhibition ‘Cute Tunes for Serious Sapiens’ will remain on display from February 24, 2022 to April 28, 2022 at the Ascaso Gallery in Miami, Florida, USA.

Esculturas del venezolano Francisco Narváez

Publicación original en el sitio web de El Nuevo Herald.

Por Dennys Matos.

Ascaso Gallery, Miami presenta la muestra más importante realizada hasta la fecha en Estados Unidos sobre Francisco Narváez. RAFAEL GUILLEN/ASCASO GALLERY MIAMI
Ascaso Gallery, Miami presenta la muestra más importante realizada hasta la fecha en Estados Unidos sobre Francisco Narváez. RAFAEL GUILLEN/ASCASO GALLERY MIAMI

Todo parecía indicar que Miami Art Week, 2021 iba a ser tan lánguida y fantasmal como lo había sido la anterior. Y es que la pandemia no ha dado tregua, el virus se las ha ingeniado para, entre vacuna y vacuna, mutar y seguir haciendo pasto dentro del cuerpo humano global. Sin embargo, esa estela de inanición artística se rompió cuando, desde finales de septiembre 2021, los ciudadanos de la Comunidad Europea y Reino Unido, pudieron viajar a Estados Unidos sin las restricciones impuestas desde hacía ya casi dos años. Ello oxigenó el flujo de coleccionistas, galeristas, curadores, críticos, marchantes e inversionistas en arte que, dadas estas restricciones fronterizas por el COVID-19, ya habían descartado su presencia en Miami Art Week, 2021. Por lo que hemos tenido inesperadamente, gracias a ese golpe de suerte y, también, a las ansias psicológicas de sociabilizar, un escenario pletórico de actividad artística y, además, abundante concurrencia de público.

Escultura de Francisco Narváez en Ascaso Gallery, Miami. RAFAEL GUILLEN/Ascaso Gallery, Miami
Escultura de Francisco Narváez en Ascaso Gallery, Miami. RAFAEL GUILLEN/Ascaso Gallery, Miami

Una de las muestra más llamativa de esa semana fue la retrospectiva Narváez. El escultor, en Ascaso Gallery, Miami, figura clave para entender la evolución de la escultura venezolana y latinoamericana posterior a la segunda mitad del siglo XX. Esta exposición, curada por María Edilia González de Salas, directora de la Fundación Francisco Narváez, contempla más de 150 obras entre escultura, dibujo, pintura y estuco. Cubriendo más de 6 décadas de la trayectoria artística de Francisco Narváez (Venezuela, 1905-1982), que arranca en los años 1920 finales, repasando cada una de las décadas, hasta los años 1980 .

Obras de Francisco Narváez en la sala de exhibición de Ascaso Gallery, Miami. RAFAEL GUILLEN/Cortesía Ascaso Gallery Miami
Obras de Francisco Narváez en la sala de exhibición de Ascaso Gallery, Miami. RAFAEL GUILLEN/Cortesía Ascaso Gallery Miami

Cuando entramos a la sala, el espectador tiene la sensación de estar en un museo de arqueología, o en una especie de gabinete etnológico, colocado frente a un apoteósico viaje por el mundo de la imagen artística moderna y contemporánea latinoamericana de los últimos setenta años del siglo XX. Es una percepción marcada por el modo en que se ha diseñado el montaje de la muestra, realizado por Alejandro Stein en formas de islas esparcidas por el amplio espacio de la galería. “Islas” que rompen y, a la vez, ensanchan las perspectivas espacios temporales con las que normalmente se ha interpretado la obra de Narváez. Ya que, además de conectar estrechamente diferentes formas artísticas (pintura, escultura, estuco, etc.), relaciona también épocas y períodos distintos.

Exhibición de Francisco Narváez en Ascaso Gallery, Miami. RAFAEL GUILLEN/Cortesía Ascaso Gallery Miami
Exhibición de Francisco Narváez en Ascaso Gallery, Miami. RAFAEL GUILLEN/Cortesía Ascaso Gallery Miami

Es así como se pueden ver concomitantes, unas a lado de otras, pinturas de poética figurativa producidas en la década de 1930 como, por ejemplo Bahía Pampatar (1930), con esculturas de visualidad abstractas correspondientes a los años 1950. Del mismo modo que en otras de estas “islas” cohabitan un estuco (yeso, fibra de agave y cuerda) y Vendedoras de pescado (1962), donde el artista continua explorando el lenguaje de la (neo) figuración, compartiendo espacio con un grupo escultórico de los años 1950, en clave de arte abstracto informalista instaladas a la lado de otra, como por ejemploVolumen (1974) en clave abstracta geométrica.

‘Mujeres en la playa (ESTC-032)’, 1962, estuco, cartón, piedra, yeso, poncho y soga, 28.5 x 43.8 pulgadas. Cortesía/Ascaso Gallery, Miami
‘Mujeres en la playa (ESTC-032)’, 1962, estuco, cartón, piedra, yeso, poncho y soga, 28.5 x 43.8 pulgadas. Cortesía/Ascaso Gallery, Miami

El recorrido por estas “islas” sumerge al espectador en una constelación en la que se dan cita dos imaginarios. Por un lado, aquel expresado en un lenguaje narrativo realista, con sintaxis poética figurativa. Por otro, un lenguaje más simbólico, que discurre entre los cauces de la abstracción informalista y la abstracción geométrica. Lo narrativo realista marca a esas obra producidas, sobre todo en pintura, desde finales de los años 1920 hasta las década de 1960 aproximadamente. Mientras que la de expresión más simbólica arranca, con énfasis en la escultura, a principio de los años 1950 y se va acentuando hasta los inicios de la década de 1980.

‘Volumen (BVPC-101)’, 1974, bronce (1998), edición de 8 más 4 pruebas de artista, 20.4 x 48 x 17.3 pulgadas. Cortesía/ Ascaso Gallery Miami
‘Volumen (BVPC-101)’, 1974, bronce (1998), edición de 8 más 4 pruebas de artista, 20.4 x 48 x 17.3 pulgadas. Cortesía/ Ascaso Gallery Miami

Estos dos imaginarios de Narváez parecen responder a dos enfoques sobre el proyecto de modernidad venezolano y, por extensión, latinoamericano. Uno que discurre en las primeras 4 décadas del siglo XX donde, a través de la representación figurativa, imagina el carácter de lo autóctono nacional con paisajes rurales y escenas de la vida cotidiana (Mujeres en la playa, Vendedoras de pescado, La escuela, Eva o Escena de recolección), deslizando elementos etno raciales y socioculturales del país.

'Bahía Pampatar (OL-484)', 1930, óleo sobre lienzo, 26.7 x 28.1 pulgadas. Cortesía/Ascaso Gallery
‘Bahía Pampatar (OL-484)’, 1930, óleo sobre lienzo, 26.7 x 28.1 pulgadas. Cortesía/Ascaso Gallery

El otro, referido a la segunda mitad del siglo, en el que por medio de la interpretación en clave de lenguaje más abstracto (Paisaje urbano, la serie Volumen, entre otras), reflexiona sobre la explosión urbanística de la ciudades bajo el impacto de economía capitalista. Pero también apunta a la nueva relación entre el ciudadano y el estado. Colocando a la libertad individual y expresión una subjetividad irreprimible, como elemento constitutivo del desarrollo presente y futuro del proyecto de modernidad.

Dennys Matos es crítico de arte y curador que vive y trabaja en Miami y Madrid.

Francisco Narváez

Publicación original en el sitio web de la Fundación Cultural Estilo in Arte Monumental, Escultura.

Por Adriana Meneses.

TEXTO DEL CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN «FRANCISCO NARVÁEZ, THE SCULPTOR» EN ASCASO GALLERY DE MIAMI, FLORIDA. FOTOS DE LAS OBRAS CORTESÍA DE ASCASO GALLERY Y DE LA VIDA DEL ARTISTA DEL MUSEO NARVÁEZ.

Las obras de Francisco Narváez forman parte de nuestra memoria colectiva. Pensar en Venezuela es pasearnos por la fuente de El Silencio, por El Atleta, por la fuente de Parque Carabobo, por las fachadas del Museo de Bellas Artes o del Museo de Ciencias, por todo lo que nos es querido y permanece en nuestra memoria. Muchos de nuestros jóvenes, lamentablemente, no saben quién fue el artista, pero su obra está allí, en sus paseos visuales, en la memoria de un país anclado en nuestra memoria colectiva.

Narváez nació en Porlamar, Venezuela, en 1905; fue el quinto hijo de once hermanos; sus padres fueron José Lorenzo Narváez y Vicenta Rivera. Don José Lorenzo, hombre multifacético y creador, sembró la semilla de la creación en su hijo. “Mi padre no cabía con sus fantasías de ebanista, alarife, maestro de obra, arquitecto autodidacta”. (1). Desde pequeño Francisco se vio guiado a la actividad artística, trazaba, tallaba, hacía copias de los muebles y de los santos restaurados por su padre.

Fotos familiares de Francisco Narváez y talla del niño Jesús que le valiera cuando niño reconocimiento a su talento y su consecuente viaje a Caracas a estudiar arte.

En 1920 recibe su primera comisión profesional, un San Rafael para la Iglesia de Carúpano y, en 1922, su padre lo autoriza a viajar a Caracas para seguir formándose como artista. Estudia en el taller de Marcos Castillo, en el de Ángel Cabré y Magriñá y en la Academia de Bellas Artes de Caracas, donde conoce a los pintores e intelectuales de la época.

En 1928 presenta su primera exposición individual en el Club Venezuela. Con el dinero recaudado por la venta de las obras y la ayuda de monseñor Sosa y los ministros Centeno Grau y Arcaya, viaja con beca a estudiar a París. Allí se inscribe en la Académie Julian, donde también habían estudiado Tito Salas, Cristóbal Rojas y Arturo Michelena.

Francisco Narváez en París, 1929.

Video de Cuadernos Lagoven con testimonios de Alfredo Boulton, Arturo Uslar Pietri, Jesús Soto, Carlos Cruz Diez, entre otras personalidades. Cortesía del perfil en youtube El Glotón Musical

Es en París donde la imposibilidad de trabajar en madera lo lleva a tallar en piedra. “En París yo no tenía madera, entonces tallé mucho en piedra (…), cuando había demoliciones yo compraba pedazos de piedra, me los llevaba al taller y los esculpía”. (2)

De ese primer viaje a París también son sus primeros ensayos de esculturas volumétricas y de pintura de colores planos, unidos a la temática del mestizaje americano y la realidad criolla. Durante su permanencia en la ciudad francesa, Arturo Uslar Pietri, Alfredo Boulton y Finita Vallenilla ayudan al artista tanto financieramente como con cierta logística y, en febrero de 1930, el trío de amigos organiza para él una nueva exposición en el Club Venezuela.

Narváez se expresa así de su muestra: “(…) en ella siento que el trabajo escultórico es más mío, hecho con más seguridad, una respuesta a mi búsqueda de grandes planos, estilización y síntesis” (3), donde se refiere a la Exposición en El Club Venezuela que en febrero de 1930 organizaran Arturo Uslar Pietri, Finita Vallenilla y Alfredo Boulton. Para ese entonces, como señala el propio Boulton en su libro sobre el artista, Narváez se apartó de la mayoría de las tradiciones artísticas que para esos días prevalecían en Venezuela y fue formulando un esquema pictográfico sumamente personal y totalmente único para la Venezuela de la época.

En 1931 vuelve a Caracas e instala su taller en el Barrio Obrero de Catia. El taller se convierte en el centro de la vida intelectual del momento. “En aquellos años el taller de Francisco Narváez fue el hogar de la mejor esperanza venezolana. Ni antes, ni después, se encuentra nada semejante” (4).

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Narvaez retratando a Alfredo Boulton 1932
Francisco Narváez Mujeres en la playa 1931
Francisco Narváez Mujeres en la playa 1931.
Francisco Narváez. Desnudo 1940
Francisco Narváez. Desnudo 1940
Narváez. Eva 1941
Narváez. Eva 1941
Narváez. Las aguadoras 1930
Narváez. Las aguadoras 1930
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Narváez. Relieve 1938
Narváez. La union es la fuerza
Narváez. La union es la fuerza
Narváez. La unión es la fuerza
Narváez. La unión es la fuerza
Narváez. Boceto La patria 1943
Narváez. Boceto La patria 1943
Narváez. Boceto relieve 1930
Narváez. Boceto relieve 1930
Narvaez cabeza 1970
Narvaez cabeza 1970
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Figuras Femeninas
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Francisco Narváez
Narvaez maqueta de la virgen
Narvaez maqueta de la virgen
Narvaez El gato 1934
Narvaez El gato 1934
Narvaez Forma 1952
Narvaez Forma 1952
Narvaez Los munecos de Carolina
Narvaez Los munecos de Carolina

Desde ese año se multiplican las exposiciones, comisiones, viajes y premios. Recibe el premio Presidente de la Republica de Venezuela, el premio Nacional de Escultura del I Salón Oficial de Arte Venezolano, el premio John Boulton del III Salón Anual de Arte Venezolano; ejecuta para la Academia Militar un relieve monumental titulado La Patria.

En 1945 realiza, por encargo del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, dos grupos escultóricos que llevan por nombre Las toninas, ambas ubicadas en la Plaza O’Leary. Allí, como él mismo afirma, incorpora ciertas pautas barrocas a las figuras a la propia fuente: “Es un trabajo de equilibrio entre las exigencias decorativas y la escultura de planos y ángulos”(5).

Grupo escultórico Las Toninas (1945). Autor: Francisco Narváez. Plaza O´Leary, urbanización El Silencio, Caracas. Fotografía: Luis Chacín, febrero 2016. Fotos cortesía IAM Venezuela (Institutional Assets and Monuments of Venezuela), organización que trabaja por la documentación, valoración y protección del patrimonio cultural venezolano.

En 1948 recibe el Premio Nacional de Pintura. También en ese año es llamado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva para participar en el proyecto de integración de las artes en la Universidad Central de Venezuela. La producción pública de Francisco Narváez continúa con obras como la estatua de Fermín Toro, La educación, La ciencia, tres murales (ejecutados por María Luisa Tovar) para el Instituto de Medicina Experimental, El Cristo, El atleta, la estatua ecuestre del general Rafael Urdaneta.

Narvaez Maqueta La arquitectura 1939
Narvaez Maqueta La arquitectura 1939
Narvaez Maqueta La ingenieria 1939
Narvaez Maqueta La ingenieria 1939
Francisco Narvaez. Maqueta relieve La ciencia 1939
Francisco Narvaez. Maqueta relieve La ciencia 1939

En 1953 es designado Director de la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas y en julio de ese año expone, en el Museo de Bellas Artes, la muestra “Francisco Narváez, Maderas, Piedras y Bronces”.

Narváez es, sin lugar a duda, uno de los grandes escultores venezolanos, su obra pasa por diversas etapas e intereses; a medida que el mundo del arte evoluciona, el artista no se queda en sus primeras búsquedas. Sus propuestas no son impuestas por las tendencias o la moda preponderantes, pero evoluciona experimentando con nuevos materiales e intereses.

Cuando uno lee la larga lista de exposiciones, comisiones y reconocimientos del artista, hay que recordar al Narváez que comenzó su trayectoria siendo un niño, y que, superando obstáculos, supo sacarles el mayor provecho a sus inquietudes. No se acomodó a vivir de sus éxitos, no se quedó estancado como hicieron muchos creadores de su entorno. Narváez supo leer a su alrededor los cambios en la historia del arte. No debemos olvidar que Francisco Narváez es artista en medio de todos los cambios que se dan en el arte. Pasa de los clásicos a las grandes transformaciones en el mundo del arte. Es la Europa de Picasso, Braque, Arp. Observa, está al tanto de lo que sucede en los centros del arte mundial, pero entre su oficio y su sensibilidad, el resultado es NARVÁEZ, su sello y su persona.

Francisco Narváez en Margarita y la escultura Barutaima. Fotos: Alfredo Boulton.

Francisco Narváez viene de la tradición y su primera etapa está ligada a lo clásico, a la búsqueda de las raíces, pero siempre con un lenguaje propio. A lo largo de su fructífera trayectoria supo ser él mismo, sin obviar influencias del mundo que lo rodeaba o de sus intereses artísticos: su destreza en el oficio de escultor, su selección de los materiales ya sea la madera, la piedra o el bronce; su escogencia de la temática de su obra… Su dominio y su gran oficio son siempre una constante que a lo largo del tiempo lo convierten en una figura primordial en la historia del arte contemporáneo venezolano y del mundo.

Desde sus comienzos, ningún medio le fue ajeno. Sus pinturas, dibujos, acuarelas y bocetos son un reflejo de su prolífica producción. Sus temas incluyen los retratos, nuestras tradiciones, las naturalezas muertas y los paisajes. Narváez es un creador que representa su época. Posteriormente evoluciona hacia formas más puras y simples abandonando, por breves períodos, la figuración.

Francisco Narváez. Crisantemos 1960-1970 y Cuarentonas, 1960

En 1956 declara al periódico El Nacional: “Cada día me estoy librando, es un alma que se libera de los envoltorios tan efímeros de lo circunstancial siempre más del peso obligado de la anécdota. Esta segunda etapa mía está muy cerca al abstraccionismo, aun cuando todavía haya figuras o figuraciones en las esculturas que en breve expondré. Pero abstraccionismo puro y absoluto, tratará la forma en sí como única razón de su existencia en el plano de superación artística”(6).

La superación artística fue su vida profesional. Cada período de su vida como artista él va más allá, buscando, solucionando, viendo mucho y comprendiendo cómo las diversas expresiones iban transformándose. Sus manos seguían su mirada y su mente, siempre acuciosa. A los volúmenes, les añade el movimiento.

Francisco Narváez es un camino: el camino que ha recorrido la escultura venezolana en los últimos treinta años. Entre el llamado de la tierra, los obstáculos de las circunstancias y las solicitaciones de lo universal, ha cambiado su esfuerzo creador dándonos una obra que, ni en su abundancia, ni en su intensidad, ni en su significación tiene antecedentes en nuestra escultura”(7).

Y ya que no hubo campo al que Francisco Narváez no accediera, una de las facetas que más lo llena es su labor como docente, y ese esfuerzo se ve colmado con su designación como director de la Escuela de Arte. De Los estucos, expuestos por primera vez en la Sala Mendoza en 1962, dice haber logrado la unión entre la pintura y la escultura… La dimensión que le faltaba a la pintura. Los estucos también estarán presentes en esta exposición, donde nuevamente nos parecerán más vigentes que nunca.

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Francisco Narváez, Mujeres en la playa, 1962
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Vendedoras de pescado, 1962

Sus temas pasan por un nuevo realismo social, escenas religiosas, domésticas, hechos históricos. Sus trazos son cada vez más puros, armoniosos. El uso de materiales como la madera y la piedra se transforman en narraciones para deleite del espectador.

De sus obras en espacios públicos, el propio artista señala que en la reurbanización de El Silencio, “por exigencias del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, incorporé ciertas pautas barrocas a las figuras y a la propia fuente, cargando la línea para relacionarla con la unidad de ambiente. Es un trabajo de equilibrio entre las exigencias decorativas y la escultura de planos y ángulos” (8).

Pasan los años, los reconocimientos, las exposiciones, y Narváez no cesa de asombrarnos. Los elementos se transforman. A veces figurativos, otras abstractos o geométricos. En cada obra están sus raíces venezolanas, la raíz que lo une a su tierra, pero también encontramos sus búsquedas, nuevas visiones y su conocimiento de lo que está ocurriendo en el mundo.

En otras palabras, el artista está anclado a Venezuela, pero su mirada es global. En 1966, en El Nacional, declara: “No es arte abstracto, porque creo que ese estilo pasó de moda. Mi obra es sugerente, pues no se queda en los detalles, sino que estiliza la composición (…). El artista no puede encerrarse en el conformismo. (…) Debe seguir estudiando y vivir en permanente búsqueda (…). Vale la pena hacer notar que, en Venezuela, como no ocurre en ninguna parte del mundo, las esculturas son maltratadas sin tomar en cuenta que cada una de esas obras forma parte del patrimonio cultural de la Nación (…), falta formación y principios que obligan a cualquiera, que no pertenecen a un hombre sino a toda la sociedad” (9).

1976 es un año crucial; recibe la Orden Francisco de Miranda en su primera clase. En mayo expone en la Galería Arte Contacto (Caracas, Venezuela) veinticuatro piezas bajo el título “Narváez Bronces Bruñidos”, en junio en la Exposición de Pintura de los Países signatarios del Convenio Andrés Bello y Panamá, organizado por el Ministerio de Educación en la Casa de Bello; en julio en la Galería Ángel Boscán de la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela; en Septiembre en la Galería Marlborough de New York, Estados Unidos, con dieciséis vaciados en bronces de su última etapa. Esta muestra estuvo patrocinada por la Galería Arte Contacto y viaja posteriormente a Madrid a la Galería Sen (junio, 1978). En ese mismo año participa en el Segundo Encuentro de Artistas Contemporáneos en Galeries Nationales Gran Palais, París.

En Noviembre, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas lleva a cabo la muestra más ambiciosa del artista. Conformada por 141 piezas, la misma tiene un carácter retrospectivo e incluye todas sus etapas.

En 1979 se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez en Porlamar, estado Nueva Esparta, Venezuela. El Artista dona cincuenta y nueve piezas que serán expuestas de manera permanente en la institución.

Inauguracion del Museo Narvaez porel presidente Luis Herrera Campins
En 1979 se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez por el presidente Luis Herrera Campins. En la foto también, detrás, el ex-presidente Carlos Andrés Pérez.

Sabio conocedor de los medios y hombre de gran oficio, Narváez nunca se limitó en sus expresiones ni búsquedas. Su versatilidad lo convierte en uno de los más grandes escultores venezolanos de todos los tiempos. Su soltura y su seguridad, tras una prolífica y creativa vida, nos permite admirarlo todavía más en la distancia.

Uno de los aspectos más importantes que podemos ver en esta gran retrospectiva que nos ofrece la Galería Ascaso en su nueva sede en Miami, es cómo Francisco Narváez desarrolla su producción con cada uno de los materiales que le son comunes: piedra, madera, bronce, y en cada uno de los medios que escogió para expresarse: pintura, escultura, dibujo. Como exhibición, no solo es una oportunidad única para disfrutar de toda su producción artística, sino un recorrido didáctico de uno de los grandes maestros de Venezuela, que tuvo la dicha de crear prácticamente durante toda su existencia.

Vistas de sala en Ascaso Gallery en Miami, Florida. Fotos @rafaelguillen

Cabe destacar, que en el estado de la Florida, en San Agustine, podemos apreciar una obra de su autoría, el busto de José María Vargas que se encuentra en Los Jardines de la Escuela de Madera más antigua de los Estados Unidos, en la calle Saint George, específicamente en The Grove of Educators of the Americas y fue donada por el Gobierno de Venezuela en 1948.

Francisco Narváez falleció el 7 de julio de 1982 dejando un legado que se ha mantenido vivo en el alma de su país y del mundo. Esta exposición y publicación en la Galería Ascaso nos permite no sólo disfrutar nuevamente de un creador que demostró su gran oficio y una mirada al mundo que lo rodeaba partiendo de unas raíces firmes y ancladas en su tierra de origen

CITAS

  1. Rafael Pineda, “Escultura y Pintura de Francisco Narváez”, pág. 10, Instituto Nacional de Cultura y Bellas artes (INCIBA), Caracas, Venezuela, 1968 Arte no. 5, Tipografía Remar.
  2. Entrevista a Narváez, Lydia Pía Flamini de Tomasini, Caracas, Venezuela
  3. Entrevista a Narváez, María Cecilia Valera, Caracas, Venezuela.
  4. Arturo Uslar Pietri, catalogo exposición “Trayectoria de Francisco Narváez”, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, exposición 19, catalogo 19, noviembre 1976, impreso por gráficas Armitano, C.A., Caracas, Venezuela.
  5. Rafael Pineda, “Escultura y Pintura de Francisco Narváez”, pág.. 50, Instituto Nacional de Cultura y Bellas artes (INCIBA), Caracas, Venezuela, 1968 Arte no. 5, Tipografía Remar.
  6. Francisco Narváez, entrevista “El Nacional’, Caracas, Venezuela, 1956.
  7. Arturo Uslar Pietri, catalogo “Formas Nuevas”, Sala de exposiciones Fundación Eugenio Mendoza, Caracas, Venezuela, 1956.
  8. Rafael Pineda, “Escultura y Pintura de Francisco Narváez”, pág.. 50, Instituto Nacional de Cultura y Bellas artes (INCIBA), Caracas, Venezuela, 1968 Arte no. 5, Tipografía Remar.
  9. Francisco Narváez, entrevista “El Nacional”, Caracas, Venezuela, 1966.

Color Libre

More than 125 film productions, including films, documentaries and short films of all genres, make up the program of the Miami Film Festival. This seventh art party, which Miami Dade College organizes every year, will be held until March 15 in various cinemas in the city, including Silverspot Cinema and the Tower Theater. Actors, directors, and personalities from the entertainment world gathered on the opening night of the Miami Film Festival.

The festival opened this Friday an edition marked by the incorporation of many more “local cinematographic stories” to its formula of abundant films, sections, awards and guests with a strong Latin American accent. The importance that films that tell stories from South Florida are taking, not only made by local directors but also from other parts of the United States or foreign forms a section dedicated exclusively to this subject, for the third consecutive year.

C. CRUZ DIEZ Color Additivo 17
C. CRUZ DIEZ Color Additivo 17

Among the documentaries in this category “Color Libre” (Free Color), offers an endearing portrait about Venezuelan plastic artist Carlos Cruz-Diez. What is “color”? In what part of our memory does it live? Is color the innate property of an object or is it a reaction that occurs in our brain when we look at it?

These are the questions that accompanied Carlos Cruz-Diez, one of the most important Latin American artists of all time, until his last days. Obsessed with the color free of space and time, Cruz-Diez explores the possibilities of the impossible: strip the color out of the form.

In “Color Libre“, Alberto Arvelo closely follows the Master of Color”, a tireless researcher of kinetic and optical phenomena that today are part of the plastic identity of Venezuela.

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The director also portrays the artist’s arrival in Paris in the 60s’, where he is soon welcomed as one of the most influential color thinkers of the 20th century for his contributions in chromatic experiences, conceived as a reality independent of time and space, in a continuous present. Present styling with a wonderfully united family that communes in art.

Cruz-Diez’s work on color theory is a legacy that art history will come to understand, but the materialization of this theory is scattered throughout the streets, parks, and theaters of Asia, Europe, and Latin America and revives in the galleries and most prestigious museums on the planet.

It is impressive and moving to see a man who, after ninety years of age, still lived with the desire to realize his dream and thus close his artistic discourse: create a spectacle of color, a kind of cloud of chroma saturation that floated on the Seine river waters without support, without form.

Although Cruz-Diez has dedicated his life to experimenting with colors that mock the shapes, what he really wanted to do was to free them completely and deploy them in the air through magnetic fields. To crystallize and celebrate what would be the perfect fusion between art and science.

With great production crew, “Color Libre” will mark the spirits of all those we admire, from far or near, the genius, perseverance, good humor, generosity and deep humility that characterized Carlos Cruz-Diez.

Five pictorial avant-gardes and their references in Latin America

Latin American art of the 20s and 30s of the 20th century will undergo a profound avant-garde renovation. From the first productions at the beginning of the century, to the most contemporary of recent decades, artists are inspired by the formal and aesthetic changes introduced by European trends.

Similarly, Latin American artists will reread their social and political realities and from here they will project a work vindicating a national culture. Sometime later, a break with the Eurocentrist academicism is sought, while the construction of a cultural identity begins. Here are some of the most representative avant-garde:

Cubism

Between the decade of the ’20s and’ 30s, Latin American artists travel to Europe and make contact with the avant-garde movements. They actively participate in circuits of exhibitions and debates in cities such as Paris, Madrid, Barcelona, ​​Berlin, Florence, and Milan.

His works and manifestos insist on the autonomy of art and move away from painting and sculpture as modes of representation of reality. During the 20s, many of them return to their countries of origin and as protagonists of the national scenes, lead the different battles between the traditional and the “new.”

The Neocriollo of Xul Solar (Buenos Aires), the Anthropogy of Tarsila do Amaral (San Pablo), as well as the Vibracionismo and the constructive Universalism of Rafael Barradas and Joaquín Torres-García (Montevideo), are only key examples of those avant-gardes of Latin American regional currencies.

Source malba.com .ar
The Neocriollo of Xul Solar / Source: malba.com .ar

Muralism

With the triumph of the Russian revolution and the expansion of the principles of social justice, the art / political axis is affirmed as a field of action, regionally and internationally. From the Mexican muralism of Diego Rivera, José Clemente Orozco and David Alfaro Siqueiros to the paintings of Antonio Berni (Argentina) and Candido Portinari (Brazil), painters discuss and propose different ways of relating between artistic manifestations and their social contexts.

Walls are painted with contemporary scenarios, in which images of rural and urban workers appear, in monumental pictorial formats, like the characters of a protest march social or in celebrations of popular tradition. In the visits to the pre-Columbian ruins such as the Temple of the Jaguars in Chichen-Itza, the muralists become aware that America had its own muralism and techniques, having a lot of evidence about the walls of the cities before the Conquest were covered in murals.

Diego Rivera
Diego Rivera / Source: geoenciclopedia.com

Surrealism

This literary and plastic movement explored the field of dreams, psychological traumas and sought to evade conscious activity through practices such as free association and psychic automatism and the use of factors such as chance and randomness. To stimulate the emergence of the unconscious, he uses techniques that summon unusual effects and uncontrollable processes such as photomontage, collage, frottage, decoupage or scarfing.

Antonio Berni and, Maria Martins and Cicero Dias, Roberto Matta, Frida Kahlo, Remedios Vario, Agustín Lazo and Wifredo Lam show in their works the diversity of those theses and a meeting place of popular traditions with repertoires of cult art circulating in the Americas.

blog avis
Las dos Fridas / Frida Kahlo / Source: blogavis.com

Op-Art

In the mid-40s, Buenos Aires became one of the most active centers of concrete art and its variations. Gyula Kosice and Enio Lommi, Rhod Rothfuss and Carmelo Arden Quin bring new ways of reflection and production to the global debate of concretism. With the material elements of visual language, their works replace the traditional octagonal frame with irregular and cut out contours; investigate the function of color layers and the system of series structures; they invent articulated and transformable “sculptures”, and make object-paintings mounted on the walls and mobiles hanging in space.

In the 50s, Alejandro Otero paints his series of white abstractions with chromatic lines in Caracas, and Brazilians Hélio Oiticica and Lygia Clark convert color and light into bodies that materialize before the viewer. In the same decade and the next, Julio Le Parc and Abraham Palatnik build artifacts that investigate the physical and perceptual experience of the gaze, adding the concept of real or illusory movement and the active participation of the viewer, both innovations of optical and kinetic art.

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Alejandro Otero/ Source: esferacultural.com

Conceptual art

The last two decades of the century had dismantled the idea of ​​the work of art as a material presence and as merchandise. Industrial materials, scientific models, reflections of areas such as psychoanalysis, linguistics, cultural studies and communication codes imposed by the mass media, all traverse the world of visual arts. The works of Antonio Seguí, León Ferrari, Liliana Porter, Víctor Grippo, Waltercio Caldas, and Gego, are some of those cases. Since the early ’80s, the return to painting as an international trend impacts the artistic scene.

The Italian Transvanguardia, Bad Painting in the United States, the Neofiguration in Latin countries and the New Image in Argentina, put into circulation large fabrics covered with faces and pictorial images that combine codes of cinema, theater, literature, art music, dance, urban graffiti, and gender studies. This “resurrection” of the painting finds two key actors in the Argentine Guillermo Kuitca and the Cuban José Bedia.